Día de la no violencia contra la mujer . 25 de noviembre
El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Esta conmemoración fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas en su Resolución 50/134 el 17 de diciembre de 1999, se conmemora
anualmente cada 25 de noviembre, en memoria de las hermanas Mirabal. La
propuesta para que se conmemorara en esa fecha la realizó la República
Dominicana, con el apoyo de 60 países.
Historia
En República Dominicana se registro el asesinato de las tres hermanas Mirabal, hecho que tuvo lugar el 25 de noviembre de 1960, por órdenes del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo.
En 1981 se celebró en Bogotá, Colombia, el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, donde se decidió marcar el 25 de noviembre como el Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres, recordando el asesinato de las hermanas Mirabal.
En 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la que se definió la "violencia contra la mujer" como
Historia
En República Dominicana se registro el asesinato de las tres hermanas Mirabal, hecho que tuvo lugar el 25 de noviembre de 1960, por órdenes del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo.
En 1981 se celebró en Bogotá, Colombia, el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, donde se decidió marcar el 25 de noviembre como el Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres, recordando el asesinato de las hermanas Mirabal.
En 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la que se definió la "violencia contra la mujer" como
todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vía pública o en la vía privada.
En dicha Asamblea se reconoció que eran necesarios "una clara declaración de los derechos que se deben aplicar para asegurar la eliminación de toda violencia contra la mujer en todas sus formas, y un compromiso de los Estados y de la comunidad internacional en general para eliminar la violencia contra la mujer".
El 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La ONU invitó a gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales a organizar actividades dirigidas a sensibilizar al público respecto del problema en este día como una celebración internacional.
El Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (United Nations Development Fund for Women o Unifem, en inglés) también observa regularmente la jornada, y ofrece sugerencias para que otros las observen.
En octubre de 2006 se presentó el Estudio a fondo sobre todas las formas de violencia contra la mujer, que demuestra que existen obligaciones concretas de los Estados para prevenir esta violencia, para tratar sus causas (la desigualdad histórica y la discriminación generalizada), así como para investigar, enjuiciar y castigar a los agresores.
Problema en el ámbito mundial
Las mujeres de todo el mundo son objeto de violación, la violencia doméstica y otras formas de violencia, y a menudo están ocultas la escala y la verdadera naturaleza de la cuestión.
·
En el mundo, una de cada cuatro mujeres ha sido violada en algún momento de
su vida.
· Dependiendo del país, entre una y tres de cada cuatro mujeres son
maltratadas físicamente en sus hogares de forma habitual.
· Cerca de 120 millones de mujeres han padecido mutilaciones genitales.
·
Las violaciones han devastado mujeres, niñas y familias en los recientes
conflictos en Ruanda, Camboya, Liberia, Somalia, Uganda y en la antigua
Yugoslavia.
Mundialmente, los estudios identifican una lista constante de sucesos tachados de
"desencadenar" violencia. En ellos están incluidos los
siguientes:
No obedecer
al marido,
Contestarle
de mal modo,
No tener la
comida preparada a tiempo,
No ocuparse debidamente
de los hijos o la casa,
Hacerle
preguntas sobre el dinero o las presuntas amigas,
Ir a alguna
parte sin su permiso,
Negarse a
tener relaciones sexuales con él,
Expresarle
su sospecha de que no le es fiel.
Todas estas formas de comportarse constituyen una transgresión de las
normas relativas al género.
En su mayoría, las mujeres que sufren abuso no son
víctimas pasivas, sino que se valen de estrategias activas para lograr el
máximo de seguridad para ellas y sus hijos. Algunas mujeres resisten, otras
huyen y otras más tratan de mantener la paz rindiéndose a las demandas del
marido.
Lo que a un observador puede
parecerle falta de respuesta a una vida de violencia, puede ser en realidad una
evaluación estratégica de lo que debe
hacer la mujer para sobrevivir en el matrimonio y protegerse a sí misma y a sus
hijos.
La respuesta de la mujer al abuso
suele verse limitada por las opciones a su alcance. Las mujeres citan
constantemente razones parecidas para
permanecer en relaciones abusivas, entre otras:
Temor de represalias
Preocupación por los hijos
Dependencia económica
Falta de apoyo de la familia y los amigos,
La constante esperanza de que "él cambie".
En los países en desarrollo las
mujeres citan lo inaceptable que es,
Ser soltera o no casada como
obstáculo adicional que las mantiene en matrimonios destructivos.
La negación y el miedo al rechazo social muchas veces impiden que la mujer acuda en
busca de ayuda.
Pese a los
obstáculos, numerosas mujeres abandonan finalmente al compañero violento, aun
después de muchos años, una vez crecidos los hijos. El tiempo medio que las
mujeres permanecen en una relación violenta es de cinco años. Las mujeres más
jóvenes muestran mayor tendencia a abandonar antes esa relación.
El abandono de una relación abusiva es un proceso. El proceso comprende por lo común períodos de negación, autoculpabilidad y aguante antes de que la mujer reconozca que el abuso es una modalidad y se identifique con otras mujeres en la misma situación. Este es el comienzo de la ruptura y la recuperación. En su mayoría, las mujeres dejan la relación y retornan varias veces antes del abandono definitivo.
Numerosos gobiernos se han comprometido a acabar con
la violencia contra la mujer y han aprobado y puesto en vigor legislación que
garantiza los derechos jurídicos de aquélla y castiga a los culpables. Además, las estrategias centradas en la comunidad pueden
concentrarse en habilitar a la mujer, llegar a los hombres y cambiar las
creencias y actitudes que permiten el comportamiento abusivo. Sólo cuando
la mujer ocupe el lugar que le corresponde en la sociedad, en pie de igualdad
con el hombre, la violencia dirigida contra ella no será ya una norma invisible
sino una horrible aberración.
Hoy día las instituciones internacionales hablan en contra de la violencia basada en el género. Encuestas y estudios están recogiendo más información sobre la prevalencia y la naturaleza del abuso. También está aumentando el número de organizaciones, proveedores de servicios y autoridades que reconocen las serias consecuencias adversas de la violencia contra la mujer para la salud de ésta y para la sociedad.
Un número creciente de programas de salud reproductiva
y de médicos comprenden que tienen que desempeñar un papel clave en la tarea de
abordar la violencia, no sólo ayudando a las víctimas, sino también previniendo
el abuso. A medida que se conoce mejor el alcance de la violencia basada en el
género y las razones subyacentes, mayor es el número de programas que
encuentran distintas maneras de abordarla.
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