En el Consejo de Política Social, Pilar Adriana Duque Díaz, como Consejera LGBTI invitada. Con Juan Carlos Valencia, Secretario de Gobierno de la Alcaldía de Pereira.
FLORENCE THOMAS, la representación de la lucha de la mujer colombiana (ya se nacionalizó) por sus derechos, el empoderamiento y formación de la mujer.
Brechas
“Grandes brechas existen aún en
lo laboral, en violencia ni hablar, las estadísticas de violencia todavía
son espeluznantes, las niñas violadas, las mujeres botín de guerra, todo esto
sigue ahí y tenemos que seguir avanzando en relación con esto”.
Feminismo sinónimo de exigencia
Sobre el libertinaje, esta defensora de
los derechos de la mujer y reconocida por su actividad feminista, puntualiza
que “Ser feminista significa ser exigente primero que todo con uno mismo y eso
es lo contrario del libertinaje”.
Lo que nos
une
“A menudo me pregunto por qué me escuchan las mujeres y he descubierto que ello obedece a que tenemos en común una historia de maltrato y de discriminación. Nuestro pasado de esclavitud data de hace cinco mil años, de allí que al menos una abuela, una tía o nuestras madres hayan sido vulneradas. Por esa razón me reconozco en las colombianas de todos los estratos”.
Con la seguridad de que esa historia en común debería darnos a las mujeres una autoridad incuestionable para exigir un cambio, Florence ha producido reflexiones que van de lo teórico a la acción, como Los estragos del amor, texto en el que señala: “la mujer ama desde su propia vulnerabilidad, mientras que para el hombre la fidelidad es una renuncia a la convicción de su propia potencia”.
“A menudo me pregunto por qué me escuchan las mujeres y he descubierto que ello obedece a que tenemos en común una historia de maltrato y de discriminación. Nuestro pasado de esclavitud data de hace cinco mil años, de allí que al menos una abuela, una tía o nuestras madres hayan sido vulneradas. Por esa razón me reconozco en las colombianas de todos los estratos”.
Con la seguridad de que esa historia en común debería darnos a las mujeres una autoridad incuestionable para exigir un cambio, Florence ha producido reflexiones que van de lo teórico a la acción, como Los estragos del amor, texto en el que señala: “la mujer ama desde su propia vulnerabilidad, mientras que para el hombre la fidelidad es una renuncia a la convicción de su propia potencia”.
En hacerse
hombre hoy: cambiar o morir, contesta a las preguntas ¿cómo responden los
hombres a los cambios de la mujer?, ¿cuáles serían los elementos de otro
paradigma de masculinidad? y ¿por qué los hombres se resisten al cambio? Por
estas y otras tantas obras se puede señalar que su aporte académico es
incuestionable. En palabras de María Himelda Ramírez, Florence contribuyó de
manera decisiva a la conformación de un pensamiento feminista crítico en el
país. “Existen otras académicas de renombre en Medellín y Cali, que también
aportaron discusiones en los años 70, pero Florence fue clave para Bogotá y
para la Universidad Nacional. Ser extranjera le dio ciertas libertades de
pensamiento que difícilmente se podrían emprender con tanta fuerza desde el
país”.
Por ejemplo, su apuesta por el amor se tradujo en esta frase: “yo soy yo, tú eres tú y en el reconocimiento de esa diferencia vamos a aprender a amarnos, sabiendo que los dos estamos profundamente solos”.
Por ejemplo, su apuesta por el amor se tradujo en esta frase: “yo soy yo, tú eres tú y en el reconocimiento de esa diferencia vamos a aprender a amarnos, sabiendo que los dos estamos profundamente solos”.
A veces, la
cultura, la sociedad y los hombres pueden ejercer mucha presión sobre algunas
decisiones.
“La
resistencia de las mujeres ante su condición subordinada ha consistido casi
siempre en saber decir no en el momento justo. NO, NO MÁS, han sido dos gritos
que abrieron la puerta a las principales reivindicaciones de las mujeres. […]
Seguiremos diciendo no cada vez que nos encontremos con la exclusión, con la
discriminación, con la agresión, con el irrespeto, con la violación de nuestros
derechos, con el abuso y la apropiación de nuestros cuerpos y de nuestras
mentes”, escribe Florence Thomas en su más reciente libro, Florence de la A a
la Z.
"Estamos
aquí para exigir que se garanticen nuestros derechos ante un procurador con
pensamiento confesional"