jueves, 6 de diciembre de 2012

Erradicar la violencia contra las mujeres

Violencia contra las mujeres




Por violencia contra la mujer, se entiende cualquier acción u omisión, es decir cualquier cosa que se hace, no se hace o se deja pasar para evitar que ocurra una situación que le cause daño o sufrimiento  físico, sexual, psicológico, económico o patrimonial o la muerte, por su condición de mujer.

También constituyen violencia las amenazas y la imposición o la privación arbitraria de la libertad,
bien sea que se presente en el ámbito público o privado. En este sentido la Ley 1257 de 2008 en
su artículo 2, expresó:


“Por violencia contra la mujer se entiende cualquier acción u omisión, que le cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico o patrimonial por su condición de mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, bien sea que se presente en el ámbito público o en el privado”.



La violencia económica
Cualquier acción u omisión orientada al abuso económico, a controlar el uso del dinero, dar recompensas o castigos monetarios a las mujeres por razón de su condición social, económica o política.


Existe violencia económica, por ejemplo, cuando los compañeros afectivos, esposos, familiares o
terceras personas no permiten que las mujeres dispongan autónomamente de su propio dinero,
bienes, tarjetas bancarias, las propiedades que poseen y/o han sido heredadas; cuando se les
exige pedir autorización para la utilización de sus recursos y bienes; cuando se ridiculizan sus
necesidades personales o se le quita valor a lo que compran.

Muchas veces, la violencia se manifiesta con expresiones como: “Entrégueme lo que le pagaron que yo sí sé manejar la plata”, “Usted puede ser la dueña, pero el que maneja la plata soy yo”, “¿Por qué no me preguntó para comprarse esas bobadas?”, “¿Para qué necesita más ropa?”, “Deje de comprar toda esa basura para pintarse, de todos modos se ve igual”.

La violencia psicológica hace referencia a las acciones que están destinadas a degradar o controlar las acciones, comportamientos, creencias y decisiones de otras personas, por medio de intimidación, manipulación, amenaza directa o indirecta, humillación, aislamiento o cualquier otra conducta que implique un perjuicio en la salud psicológica, la autodeterminación o el desarrollo personal. También se genera por omisión, es decir porque no se hace nada para que las acciones dejen de suceder.

Ejemplos de lo anterior son las siguientes frases: “Usted no sirve para nada”, “De qué se queja,
usted no hace nada, se la pasa acá encerrada en la casa, limpiando trastes, no más”, “La verdad es que usted no me inspira ningún sentimiento”, “Usted es gorda, sucia, fea, vieja, huele a feo”, “Nunca estudió”, “Sólo sirve para lavar y cocinar”, “No sirve ni en la cama”, “Usted se embarazó para tirarse mi vida”, “Usted es una cualquiera”, “Usted tiene mozo”, “Usted es una vividora”, “Sólo está conmigo por dinero”, “Si usted no me atiende como merezco, olvídese de esos zapatos que vio”, “Si usted se va, se va sin nada y olvídese que vuelve a ver a sus hijos”.

También hacen parte de este tipo de violencia contra la mujer las siguientes actitudes y acciones:
humillar o degradar a la mujer comparándola con otra; controlar su vida, sus relaciones y afectos;
realizar acusaciones públicas y privadas; amenazarla física o emocionalmente, etc.

La violencia física, es el riesgo o disminución de la integridad corporal de una persona. Ejemplos: golpes, mordeduras, fracturas, moretones, halar el pelo, tumbar los dientes, puñaladas, empujar por las escaleras, escupir, asfixiar y muchos más.

La violencia sexual hace referencia a  las consecuencias y padecimientos que se dan por la acción de obligar a una persona a mantener contacto sexualizado, físico o verbal, o a participar en otras interacciones sexuales mediante el uso de fuerza, intimidación, coerción, chantaje, soborno, manipulación, amenaza o cualquier otro mecanismo que anule o limite la voluntad personal. Igualmente, se considera daño o sufrimiento sexual el hecho que la persona agresora obligue a la agredida a realizar alguno de estos actos con terceras personas.

El Código Penal fue reformado e incluyó como delito el acoso sexual que castiga a quien en
beneficio propio o de otra persona, y valiéndose de su superioridad manifiesta, o relaciones
de autoridad o de poder, edad, sexo, posición laboral, social, familiar o económica, acose,
persiga, hostigue o asedie física o verbalmente, con fines sexuales sin que la otra persona esté
de acuerdo. Este delito castiga con pérdida de la libertad de uno a tres años.

Ejemplos: obligar a tocar a la persona cuando no se quiere tener relaciones sexuales o a ver a otras


Contra la violencia de las mujeres




Día de la no violencia contra la mujer . 25 de noviembre
El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
 
Esta conmemoración fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución 50/134 el 17 de diciembre de 1999, se conmemora anualmente cada 25 de noviembre, en memoria de las hermanas Mirabal. La propuesta para que se conmemorara en esa fecha la realizó la República Dominicana, con el apoyo de 60 países.

Historia

En República Dominicana se registro el asesinato de las tres hermanas Mirabal, hecho que tuvo lugar el 25 de noviembre de 1960, por órdenes del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo.

En 1981 se celebró en Bogotá, Colombia, el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, donde se decidió marcar el 25 de noviembre como el Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres, recordando el asesinato de las hermanas Mirabal.

En 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la que se definió la "violencia contra la mujer" como

todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vía pública o en la vía privada.

En dicha Asamblea se reconoció que eran necesarios
"una clara declaración de los derechos que se deben aplicar para asegurar la eliminación de toda violencia contra la mujer en todas sus formas, y un compromiso de los Estados y de la comunidad internacional en general para eliminar la violencia contra la mujer".

El 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La ONU invitó a gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales a organizar actividades dirigidas a sensibilizar al público respecto del problema en este día como una celebración internacional.

El Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (United Nations Development Fund for Women o Unifem, en inglés) también observa regularmente la jornada, y ofrece sugerencias para que otros las observen.

En octubre de 2006 se presentó el Estudio a fondo sobre todas las formas de violencia contra la mujer, que demuestra que existen obligaciones concretas de los Estados para prevenir esta violencia, para tratar sus causas (la desigualdad histórica y la discriminación generalizada), así como para investigar, enjuiciar y castigar a los agresores.

Problema en el ámbito mundial

Las mujeres de todo el mundo son objeto de violación, la violencia doméstica y otras formas de violencia, y a menudo están ocultas la escala y la verdadera naturaleza de la cuestión.
      
·     En el mundo, una de cada cuatro mujeres ha sido violada en algún momento de su vida.

·    Dependiendo del país, entre una y tres de cada cuatro mujeres son maltratadas físicamente en sus hogares de forma habitual.   
 
·     Cerca de 120 millones de mujeres han padecido mutilaciones genitales.
       
·         Las violaciones han devastado mujeres, niñas y familias en los recientes conflictos en Ruanda, Camboya, Liberia, Somalia, Uganda y en la antigua Yugoslavia.



Mundialmente, los estudios identifican una lista constante de sucesos tachados de "desencadenar" violencia. En ellos están incluidos los siguientes:


No obedecer al marido,
Contestarle de mal modo,
No tener la comida preparada a tiempo,
No ocuparse debidamente de los hijos o la casa,
Hacerle preguntas sobre el dinero o las presuntas amigas,
Ir a alguna parte sin su permiso,
Negarse a tener relaciones sexuales con él,
Expresarle su sospecha de que no le es fiel. 

Todas estas formas de comportarse constituyen una transgresión de las normas relativas al género.

En su mayoría, las mujeres que sufren abuso no son víctimas pasivas, sino que se valen de estrategias activas para lograr el máximo de seguridad para ellas y sus hijos. Algunas mujeres resisten, otras huyen y otras más tratan de mantener la paz rindiéndose a las demandas del marido.

Lo que a un observador puede parecerle falta de respuesta a una vida de violencia, puede ser en realidad una evaluación estratégica de lo que debe hacer la mujer para sobrevivir en el matrimonio y protegerse a sí misma y a sus hijos.
La respuesta de la mujer al abuso suele verse limitada por las opciones a su alcance. Las mujeres citan constantemente razones parecidas para permanecer en relaciones abusivas, entre otras:
Temor de represalias
Preocupación por los hijos
Dependencia económica
Falta de apoyo de la familia y los amigos,
La constante esperanza de que "él cambie".

En los países en desarrollo las mujeres citan lo inaceptable que es,
Ser soltera o no casada como obstáculo adicional que las mantiene en matrimonios destructivos.
La negación y el miedo al rechazo social muchas veces impiden que la mujer acuda en busca de ayuda.

Pese a los obstáculos, numerosas mujeres abandonan finalmente al compañero violento, aun después de muchos años, una vez crecidos los hijos. El tiempo medio que las mujeres permanecen en una relación violenta es de cinco años. Las mujeres más jóvenes muestran mayor tendencia a abandonar antes esa relación.

El abandono de una relación abusiva es un proceso. El proceso comprende por lo común períodos de negación, autoculpabilidad y aguante antes de que la mujer reconozca que el abuso es una modalidad y se identifique con otras mujeres en la misma situación. Este es el comienzo de la ruptura y la recuperación. En su mayoría, las mujeres dejan la relación y retornan varias veces antes del abandono definitivo. 

Numerosos gobiernos se han comprometido a acabar con la violencia contra la mujer y han aprobado y puesto en vigor legislación que garantiza los derechos jurídicos de aquélla y castiga a los culpables. Además, las estrategias centradas en la comunidad pueden concentrarse en habilitar a la mujer, llegar a los hombres y cambiar las creencias y actitudes que permiten el comportamiento abusivo. Sólo cuando la mujer ocupe el lugar que le corresponde en la sociedad, en pie de igualdad con el hombre, la violencia dirigida contra ella no será ya una norma invisible sino una horrible aberración. 

Hoy día las instituciones internacionales hablan en contra de la violencia basada en el género. Encuestas y estudios están recogiendo más información sobre la prevalencia y la naturaleza del abuso. También está aumentando el número de organizaciones, proveedores de servicios y autoridades que reconocen las serias consecuencias adversas de la violencia contra la mujer para la salud de ésta y para la sociedad.

Un número creciente de programas de salud reproductiva y de médicos comprenden que tienen que desempeñar un papel clave en la tarea de abordar la violencia, no sólo ayudando a las víctimas, sino también previniendo el abuso. A medida que se conoce mejor el alcance de la violencia basada en el género y las razones subyacentes, mayor es el número de programas que encuentran distintas maneras de abordarla.


Foro de la Mujer en el Concejo de Pereira

El pasado sabado 13 de octubre 2012 en el recinto del Auditorio del Concejo Municipal de Pereira se desarolló un foro en torno al tema de la violencia contra la mujer en Pereira .

Entre las diferentes isntituciones participo el subprograma de Equidad de Gènero y Diversidad Sexual
donde la psicóloga Patricia Lozano Méndez  manifestó lo que el plan de desarrollo "Por una Pereira mejor", contempla respecto al tema de mujer y promocionando el Subprograma de Equidad de género.



Además agregó que a nivel nacional se hizo el lanzamiento de la política pública de Mujer.

La formulación y ejecución de la Política Pública Nacional de Equidad de Género para las Mujeres, es un compromiso del Gobierno del Presidente Juan Manuel Sanos que se encuentra consagrado en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2010-2014 “Prosperidad para todos”. El PND consagra en los artículos 177 y 179 la obligación de construir de manera participativa, bajo la coordinación de la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer (ACPEM), una Política nacional integral de Equidad de Género para garantizar los derechos humanos integrales e interdependientes de las mujeres y la igualdad de género. La adopción de estos artículos fue posible por la incidencia política de las redes y organizaciones nacionales de las mujeres en el Consejo Nacional de Planeación.

 Los lineamientos de la Política Pública Nacional de Equidad de Género para las Mujeres fueron lanzados oficialmente por el presidente Santos el 12 de septiembre de 2012, en un evento que contó con la participación de Michell Bachelet, Directora de ONU Mujeres y de Babatunde Osotimehin, Director ejecutivo del Fondo de Población de la ONU. Estos lineamientos fueron construidos a través de un proceso participativo en diálogo con las redes y organizaciones nacionales de mujeres y con el apoyo y acompañamiento de la comunidad internacional. Así, en el primer trimestre de 2011, se realizaron reuniones entre el Gobierno y la sociedad civil en las que se estableció la creación de un Grupo de apoyo con el cual se definió la metodología para construir de manera participativa la Política y garantizar en el proceso una amplia consulta a mujeres pertenecientes a diferentes regiones, sectores poblacionales y grupos étnicos.

domingo, 8 de abril de 2012



En el marco de su visita oficial a Colombia, la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Michelle Bachelet, participó ayer en el lanzamiento de la Nueva Política Pública  Nacional de Equidad de Género, donde hizo un llamado al gobierno colombiano a incluir a las mujeres en el proceso de construcción de paz que ha promovido el presidente Santos en las últimas semanas, insistiendo que “la paz sin las mujeres no es posible”.
Se refirió en particular al proceso de diálogo que se ha abierto entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), respaldando la idea de un inminente acuerdo, destacándolo como un avance importante.
“Sabemos que Colombia vive un momento político muy importante, a través del cual se han iniciado negociaciones con el fin de consolidar la paz que tanto anhela el país y deseamos mucho éxitos en este proceso”, indicó la ex mandataria.
Asimismo, relevó otros temas fundamentales dentro de la nueva política de género colombiana –que se enmarca en los compromisos de dicho país con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) – como la participación efectiva de las mujeres en los cargos de representación popular.
“En Colombia se ha avanzado, pero tenemos que avanzar más sin duda. Según fuentes oficiales las cuotas femeninas que son exigidas en la política aún no se hacen realidad, por eso queremos más mujeres en el marco social, con remuneraciones equitativas y menos violencia”, afirmó Bachelet.
La nueva política de equidad de género, presentada por Juan Manuel Santos junto a Michelle Bachelet, se centra en nueve ejes fundamentales, como la construcción de paz, la autonomía económica e igualdad en el mercado laboral, la participación en los procesos de toma de decisiones, participación femenina en la gestión pública y el desarrollo institucional, entre otros.


Discurso de Michelle Bachelet en el lanzamiento oficial de los Lineamientos de Política Pública Nacional de Equidad de Género para las Mujeres de Colombia

Amigas y amigos,
Quisiera iniciar esta intervención agradeciendo al Presidente Juan Manuel Santos la invitación que nos hiciera para acompañar este momento tan importante no solo para las mujeres de Colombia sino para el pais en su conjunto.
Agradecer también a la señora Cristina Plazas – Alta Consejera Presidencial para la Equidad de la Mujer- quien ha puesto su empeño y compromiso para que hoy se cuente con los Lineamientos de la Política Pública Nacional de Equidad de género para las Mujeres, a partir de un amplio proceso de consulta con organizaciones y redes de mujeres colombianas.
Visito hoy la bella Colombia como Directora Ejecutiva de ONU Mujeres una nueva organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, que inició su funcionamiento en julio de 2010. Nuestra agencia ha tenido la oportunidad de trabajar en este proceso como Secretaría Técnica y quiero expresarles mi alegría por este importante logro, que es un logro de la sociedad en su conjunto, y reiterarle Presidente nuestro compromiso de continuar apoyando la implementación de esta importante política.
El trabajo de ONU Mujeres en todo el mundo se desarrolla en torno a cinco áreas estratégicas: expandir las voces, el liderazgo y la participación de las mujeres; aumentar su empoderamiento económico; eliminar la violencia; fortalecer la implementación de la agenda de paz y de seguridad de las mujeres; y hacer que las prioridades en materia de igualdad de género se incluyan en los planes, presupuestos y estadísticas nacionales, locales y sectoriales.
No existe hoy plena igualdad entre hombres y mujeres en ningún país del mundo. Existen evidentes o sutiles muestras de discriminacion en contra de las mujeres en todos partes, violencia y violación de derechos, diferentes oportunidades de educación, acceso a salud e incluso de acceso al trabajo o la tierra, y un peso cultural en desmedro de las mujeres que hacen nuestro trabajo muy dificil.
Sin embargo, contamos con millones de aliados, hombres y mujeres, autoridades, parlamentarios, sociedad civil, medios de comunicación, academicos, organismos internacionales que están comprometidos -y yo diría empeñados- con la igualdad de género y aportan nuevas energías, aprovechando los múltiples talentos existentes en un esfuerzo conjunto.
Este esfuerzo esta en marcha en todas las regiones del mundo. Participé hace unos dias en el Foro de las Islas del Pacífico realizado en las Islas Cook, y por primera vez en la historia parlamentarios de ocho Estados Insulares firmaron una declaración reconociendo que la violencia contra las mujeres y las niñas es generalizada en sus países, junto con entregar su compromiso para dar una respuesta eficaz a este flagelo.
Acciones como éstas permiten que los temas de la igualdad, el combate a la violencia y la discriminacion que afecta a las mujeres formen parte fundamental de las agendas públicas y que los gobiernos se comprometan a avanzar en erradicar estas practicas y fortalecer por ende la convivencia democratica.
Con esta ceremonia de hoy, el Estado colombiano está dando muestras concretas de su compromiso con la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres el cual nos permite mirar con esperanza las transformaciones que se pueden generar, así como la influencia de las mujeres en las políticas y en las medidas a favor del desarrollo del país.
Los Lineamientos de la Política Pública Nacional de Equidad de Género para las Mujeres sera un instrumento que permita fortalecer el diálogo político del gobierno con la sociedad civil y en particular avanzar en la garantía de los derechos de las mujeres colombianas.
Desde ONU Mujeres destacamos el haber incluido en esta política la construcción de paz como tema estratégico para el goce efectivo de los derechos de las mujeres.
Colombia vive hoy un importante momento político a traves del cual se han iniciado conversaciones con el fin de encontrar la Paz que tanto anhela el país. La búsqueda de este entendimiento es una gran oportunidad para profundizar la democracia y consolidar una convivencia que permita más y mejor desarrollo.
Sin embargo, permítanme agregar que la paz no puede construirse sin las mujeres.
En el marco de los conflictos armados, a la violencia sexual no se le prestó durante mucho tiempo la atención que merecía, ignorando que para ellas tiene un impacto diferente. En la actualidad es catalogada como un crimen de guerra y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas reconoce que constituye una amenaza a la seguridad internacional.
Esperamos que las mujeres sean incorporadas a este histórico proceso, que puedan aportar su visión, su experiencia y sus conocimientos en este trascendente diálogo, no solo como victimas a las cuales hay que ayudar, sino como líderes y hacedoras de paz en sus comunidades y a nivel nacional.
Sepa Sr Presidente que cuenta con el apoyo de la comunidad internacional y tiene en Onu Mujeres la voluntad y la experiencia para seguir colaborando con el gobierno y la sociedad colombiana.
Colombia ha avanzado en el reconocimiento a las mujeres de su status especial en el conflicto armado.
Significativa es la Ley de Victimas y Restitución de Tierras, sancionada en junio de 2011 con la presencia del Secretario General de Naciones Unidas, la cual pretende beneficiar, entre otros, a mujeres sobrevivientes de la violencia del conflicto y allanar el camino a la restitución de tierras.
Además, el país tiene una gran oportunidad con la reforma constitucional denominada “Marco para la Paz”, sancionado en julio pasado.
La incorporación de las mujeres en este proceso, contribuirá a asegurar que sus necesidades sean debidamente tomadas en cuenta lo cual traerá para Colombia beneficios enormes y ayudará a sanar heridas y a mantaner la paz.
Amigas y amigos
Nuestra generación ha sido testigo y protagonista de transformaciones sustanciales en los derechos de las mujeres. En el último siglo, se han consolidado avances en la lucha por la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
El siglo pasado fue testigo de una ampliación sin precedentes de los derechos jurídicos de las mujeres. Hace un siglo, las mujeres podían votar sólo en dos países. Hoy, ese derecho es prácticamente universal.
La violencia domestica, que hasta hace pocos años era considerada por la policía, los tribunales y los vecinos como un asunto meramente privado hoy es objeto de leyes y programas especiales de prevencion y reparacion. Actualmente, dos tercios de los países cuentan con leyes específicas que penalizan la violencia doméstica. Colombia es uno de ellos.
Hoy las mujeres y las niñas siguen enfrentando crecientes desigualdades, las cuales son notorias cuando hablamos de pobreza, carga de trabajo doméstico no remunerado, discriminación o el acceso a la justicia.
La justicia sigue estando fuera del alcance de las mujeres. Así, pese a que la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer ordena a los Estados establecer la protección jurídica de los derechos de las mujeres sobre una base de igualdad con los hombres y garantizar la protección eficaz de las mujeres contra todo acto de discriminación, muchos Estados no cumplen dichos compromisos.
En América Latina los avances en términos de igualdad de género han sido relevantes. Sin embargo, siguen existiendo agudas deficiencias en dos áreas importantes: la participación política de las mujeres y su empoderamiento económico.
A pesar de que ésta es una de las regiones con el mayor número de mujeres Jefas de Estado y de Gobierno, la participación de las mujeres en la toma de decisiones para el desarrollo sigue siendo profundamente desigual.
En nuestra región hay menos mujeres que hombres al frente de ministerios, y las ministras siguen ocupando, en su mayoría, las carteras sociales y culturales (un 35 por ciento) y permanecen sub representadas en las de economía y finanzas (solo un 18 por ciento). Lo mismo sucede en ministerios de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, lo que limita su influencia en áreas críticas para la asignación de recursos para la igualdad de género y empoderamiento de las mujeres.
En Colombia, según fuentes oficiales, de 64 municipios evaluados, sólo 8 habían cumplido de manera permanente con la Ley de cuotas, que exige un mínimo de 30 por ciento de mujeres en los cargos de decisión.
Las mujeres son marginadas de la toma de decisiones y su participación en la vida económica, política, social y cultural de sus países es aún escasa.
Por ejemplo, a pesar de que las mujeres conforman el 43 por ciento de la fuerza laboral y agrícola de los países en desarrollo, continúan sin acceso equitativo a los recursos de la tierra y al crédito.
Se estima además que si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los recursos productivos que los hombres, podrían aumentar el rendimiento de sus tierras en un 20 a 30 por ciento, reduciendo potencialmente el número de personas con hambre en el mundo entre un 12 y un 17 por ciento.
Persiste una marcada sub representación femenina en otros espacios de poder. Según la Superintendencia Bancaria de Colombia, para 2011, las mujeres ocupaban apenas un 14 por ciento de presidencias de bancos, y representaban sólo el 15 por ciento de sus juntas directivas.
Además, representan tan sólo el 10 por ciento de las juntas directivas de los sindicatos colombianos, y en la actualidad no tienen asiento en instancias como la Bolsa de Valores o el Banco de la República, órgano rector de la política monetaria en el país.
En la última década la diferencia salarial entre mujeres y hombres ha disminuido de forma gradual, debido principalmente al aumento en los niveles de educación de ellas. Sin embargo, las mujeres que trabajan el mismo número de horas y tienen los mismos niveles de educación, ganan menos del 75 por ciento del salario de sus pares hombres según reveló la OIT en 2010 .
En Colombia, según el observatorio laboral del Ministerio de Educación, las mujeres ganan 16 por ciento menos que los hombres. A pesar de ello, según datos del Departamento Nacional de Estadística, durante el periodo 2007-2010, las mujeres, a nivel nacional, trabajaron cerca de 11 horas más a la semana que los hombres.
Colombia cuenta con diversos instrumentos legislativos para asegurar la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en varios frentes. Fue el primer país en tener una Ley de Economía del Cuidado, sancionada en 2011, que reconoce el aporte de las mujeres a la economía de los hogares y por tanto al desarrollo económico del país. Además, recientemente fue aprobada la Ley 1496 de 2011, que busca la igualdad salarial entre hombres y mujeres.
La igualdad entre hombres y mujeres para muchos aparece mas como una amenaza que una oportunidad. Sin embargo, mas mujeres participando de la economia, mas mujeres aportando al debate politico, mas mujeres calificadas y con herramientas de educacacion para investigar, pensar y crear soluciones innovadoras para los problemas de sus comunidades y del país, redundará en beneficios para la comunidad.
Finalmente, se trata de la mitad de Colombia que tiene talento, fuerza, ideas y potencial para enriquecer al país.
Amigas y amigos,
ONU Mujeres apoya a las organizaciones nacionales y regionales de mujeres, en el reconocimiento de sus derechos, el fortalecimiento de sus capacidades de incidencia en las instancias de toma de decisiones, en la construcción de agendas que incorporen sus intereses colectivos y en la profundización de su reflexión política para impulsar propuestas que contribuyan a la construcción de la paz, entendiendo que juegan un papel fundamental en estos avances.
Como parte de nuestro mandato, hemos apoyado la facilitación del diálogo entre el gobierno y las organizaciones de mujeres, como en el caso concreto de la formulación de la Política que hoy nos ocupa.
Debemos hacer que nuestras palabras se conviertan en acciones. Acciones para que los trabajos decentes y las remuneraciones equitativas se traduzcan en empleos que protejan los derechos de todos los trabajadores, incluyendo los derechos de las mujeres.
Acciones para que la violencia contra las mujeres y las niñas sea reemplazada por nuevas actitudes que promuevan la tolerancia cero ante esos delitos y ante la impunidad.
Acciones para que el derecho a la salud sexual y reproductiva se apoye en información confiable, y que haya servicios de salud de calidad, asequibles y accesibles donde se les necesite.
Acciones para que el liderazgo, que hoy es predominantemente de los hombres, se convierta en igualdad de oportunidades y en una participación equitativa por parte de mujeres y hombres. La diversidad hará que la toma de decisiones sea más sólida, sostenible y eficiente.
No tenemos tiempo que perder. Ahora es el momento de pasar a la acción. Acción para que las mujeres y los hombres tengan los mismos derechos, oportunidades y participación.
Acciones para materializar las Leyes y las Políticas Públicas, mediante la asignación de presupuestos suficientes.
La implementación de los lineamientos de la Política Pública Nacional de Equidad de Género para las Mujeres, es un gran reto para el gobierno. Sus acciones para hacerlos realidad se convertirán en el salto cualitativo de Colombia en la garantía de los derechos de las mujeres.
Lo es también el rol y trabajo de las organizaciones y movimientos de mujeres, que todos los días, casi siempre con muchas dificultades, pero con una energía inagotable, redoblan sus esfuerzos en busca de una vida mejor para todas y todos.
Ahora, cuando tenemos aún fresco en la memoria el triunfo de Mariana Pajón en los Juegos Olímpicos de Londres, quien junto con otra mujer, María Isabel Urrutia, le han dado a Colombia sus dos únicas medallas de oro olímpico de la historia, el llamado tiene que ser para fortalecer la participación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida nacional: política, económica, social, cultural y en la construcción de la paz.
La oportunidad de dar rienda suelta a su energía, creatividad y talento. La agenda para la igualdad es una agenda para todos, es una agenda para el desarrollo.
Todas y todos tenemos una convocatoria a la que no nos podemos negar: sostener una Colombia en paz, con igualdad entre hombres y mujeres.
Desde ONU Mujeres reiteramos nuestro compromiso y disposición a apoyarlos en estos propósitos y en estas acciones.
Muchas gracias.