En el marco de su visita oficial a Colombia, la Directora
Ejecutiva de ONU Mujeres, Michelle Bachelet, participó ayer en el
lanzamiento de la Nueva Política Pública Nacional de Equidad de Género,
donde hizo un llamado al gobierno colombiano a incluir a las mujeres en
el proceso de construcción de paz que ha promovido el presidente
Santos en las últimas semanas, insistiendo que “la paz sin las mujeres
no es posible”.
Se refirió en particular al proceso de diálogo que se ha abierto
entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (Farc), respaldando la idea de un inminente
acuerdo, destacándolo como un avance importante.
“Sabemos que Colombia vive un momento político muy importante, a
través del cual se han iniciado negociaciones con el fin de consolidar
la paz que tanto anhela el país y deseamos mucho éxitos en este
proceso”, indicó la ex mandataria.
Asimismo, relevó otros temas fundamentales dentro de la nueva
política de género colombiana –que se enmarca en los compromisos de
dicho país con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) – como la
participación efectiva de las mujeres en los cargos de representación
popular.
“En Colombia se ha avanzado, pero tenemos que avanzar más sin duda.
Según fuentes oficiales las cuotas femeninas que son exigidas en la
política aún no se hacen realidad, por eso queremos más mujeres en el
marco social, con remuneraciones equitativas y menos violencia”, afirmó
Bachelet.
La nueva política de equidad de género, presentada por Juan Manuel
Santos junto a Michelle Bachelet, se centra en nueve ejes fundamentales,
como la construcción de paz, la autonomía económica e igualdad en el
mercado laboral, la participación en los procesos de toma de decisiones,
participación femenina en la gestión pública y el desarrollo
institucional, entre otros.
Discurso de Michelle Bachelet en el lanzamiento oficial de los Lineamientos de Política Pública Nacional de Equidad de Género para las Mujeres de Colombia
Amigas y amigos,
Quisiera iniciar esta intervención agradeciendo al Presidente Juan
Manuel Santos la invitación que nos hiciera para acompañar este momento
tan importante no solo para las mujeres de Colombia sino para el pais en
su conjunto.
Agradecer también a la señora Cristina Plazas – Alta Consejera
Presidencial para la Equidad de la Mujer- quien ha puesto su empeño y
compromiso para que hoy se cuente con los Lineamientos de la Política
Pública Nacional de Equidad de género para las Mujeres, a partir de un
amplio proceso de consulta con organizaciones y redes de mujeres
colombianas.
Visito hoy la bella Colombia como Directora Ejecutiva de ONU Mujeres
una nueva organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género
y el Empoderamiento de las Mujeres, que inició su funcionamiento en
julio de 2010. Nuestra agencia ha tenido la oportunidad de trabajar en
este proceso como Secretaría Técnica y quiero expresarles mi alegría por
este importante logro, que es un logro de la sociedad en su conjunto, y
reiterarle Presidente nuestro compromiso de continuar apoyando la
implementación de esta importante política.
El trabajo de ONU Mujeres en todo el mundo se desarrolla en torno a
cinco áreas estratégicas: expandir las voces, el liderazgo y la
participación de las mujeres; aumentar su empoderamiento económico;
eliminar la violencia; fortalecer la implementación de la agenda de paz y
de seguridad de las mujeres; y hacer que las prioridades en materia de
igualdad de género se incluyan en los planes, presupuestos y
estadísticas nacionales, locales y sectoriales.
No existe hoy plena igualdad entre hombres y mujeres en ningún país
del mundo. Existen evidentes o sutiles muestras de discriminacion en
contra de las mujeres en todos partes, violencia y violación de
derechos, diferentes oportunidades de educación, acceso a salud e
incluso de acceso al trabajo o la tierra, y un peso cultural en desmedro
de las mujeres que hacen nuestro trabajo muy dificil.
Sin embargo, contamos con millones de aliados, hombres y mujeres,
autoridades, parlamentarios, sociedad civil, medios de comunicación,
academicos, organismos internacionales que están comprometidos -y yo
diría empeñados- con la igualdad de género y aportan nuevas energías,
aprovechando los múltiples talentos existentes en un esfuerzo conjunto.
Este esfuerzo esta en marcha en todas las regiones del mundo.
Participé hace unos dias en el Foro de las Islas del Pacífico realizado
en las Islas Cook, y por primera vez en la historia parlamentarios de
ocho Estados Insulares firmaron una declaración reconociendo que la
violencia contra las mujeres y las niñas es generalizada en sus países,
junto con entregar su compromiso para dar una respuesta eficaz a este
flagelo.
Acciones como éstas permiten que los temas de la igualdad, el combate
a la violencia y la discriminacion que afecta a las mujeres formen
parte fundamental de las agendas públicas y que los gobiernos se
comprometan a avanzar en erradicar estas practicas y fortalecer por ende
la convivencia democratica.
Con esta ceremonia de hoy, el Estado colombiano está dando muestras
concretas de su compromiso con la igualdad de género y el empoderamiento
de las mujeres el cual nos permite mirar con esperanza las
transformaciones que se pueden generar, así como la influencia de las
mujeres en las políticas y en las medidas a favor del desarrollo del
país.
Los Lineamientos de la Política Pública Nacional de Equidad de Género
para las Mujeres sera un instrumento que permita fortalecer el diálogo
político del gobierno con la sociedad civil y en particular avanzar en
la garantía de los derechos de las mujeres colombianas.
Desde ONU Mujeres destacamos el haber incluido en esta política la
construcción de paz como tema estratégico para el goce efectivo de los
derechos de las mujeres.
Colombia vive hoy un importante momento político a traves del cual se
han iniciado conversaciones con el fin de encontrar la Paz que tanto
anhela el país. La búsqueda de este entendimiento es una gran
oportunidad para profundizar la democracia y consolidar una convivencia
que permita más y mejor desarrollo.
Sin embargo, permítanme agregar que la paz no puede construirse sin las mujeres.
En el marco de los conflictos armados, a la violencia sexual no se le
prestó durante mucho tiempo la atención que merecía, ignorando que para
ellas tiene un impacto diferente. En la actualidad es catalogada como
un crimen de guerra y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas
reconoce que constituye una amenaza a la seguridad internacional.
Esperamos que las mujeres sean incorporadas a este histórico proceso,
que puedan aportar su visión, su experiencia y sus conocimientos en
este trascendente diálogo, no solo como victimas a las cuales hay que
ayudar, sino como líderes y hacedoras de paz en sus comunidades y a
nivel nacional.
Sepa Sr Presidente que cuenta con el apoyo de la comunidad
internacional y tiene en Onu Mujeres la voluntad y la experiencia para
seguir colaborando con el gobierno y la sociedad colombiana.
Colombia ha avanzado en el reconocimiento a las mujeres de su status especial en el conflicto armado.
Significativa es la Ley de Victimas y Restitución de Tierras,
sancionada en junio de 2011 con la presencia del Secretario General de
Naciones Unidas, la cual pretende beneficiar, entre otros, a mujeres
sobrevivientes de la violencia del conflicto y allanar el camino a la
restitución de tierras.
Además, el país tiene una gran oportunidad con la reforma
constitucional denominada “Marco para la Paz”, sancionado en julio
pasado.
La incorporación de las mujeres en este proceso, contribuirá a
asegurar que sus necesidades sean debidamente tomadas en cuenta lo cual
traerá para Colombia beneficios enormes y ayudará a sanar heridas y a
mantaner la paz.
Amigas y amigos
Nuestra generación ha sido testigo y protagonista de transformaciones
sustanciales en los derechos de las mujeres. En el último siglo, se han
consolidado avances en la lucha por la igualdad de género y el
empoderamiento de las mujeres.
El siglo pasado fue testigo de una ampliación sin precedentes de los
derechos jurídicos de las mujeres. Hace un siglo, las mujeres podían
votar sólo en dos países. Hoy, ese derecho es prácticamente universal.
La violencia domestica, que hasta hace pocos años era considerada por
la policía, los tribunales y los vecinos como un asunto meramente
privado hoy es objeto de leyes y programas especiales de prevencion y
reparacion. Actualmente, dos tercios de los países cuentan con leyes
específicas que penalizan la violencia doméstica. Colombia es uno de
ellos.
Hoy las mujeres y las niñas siguen enfrentando crecientes
desigualdades, las cuales son notorias cuando hablamos de pobreza, carga
de trabajo doméstico no remunerado, discriminación o el acceso a la
justicia.
La justicia sigue estando fuera del alcance de las mujeres. Así, pese
a que la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer ordena a los Estados establecer la
protección jurídica de los derechos de las mujeres sobre una base de
igualdad con los hombres y garantizar la protección eficaz de las
mujeres contra todo acto de discriminación, muchos Estados no cumplen
dichos compromisos.
En América Latina los avances en términos de igualdad de género han
sido relevantes. Sin embargo, siguen existiendo agudas deficiencias en
dos áreas importantes: la participación política de las mujeres y su
empoderamiento económico.
A pesar de que ésta es una de las regiones con el mayor número de
mujeres Jefas de Estado y de Gobierno, la participación de las mujeres
en la toma de decisiones para el desarrollo sigue siendo profundamente
desigual.
En nuestra región hay menos mujeres que hombres al frente de
ministerios, y las ministras siguen ocupando, en su mayoría, las
carteras sociales y culturales (un 35 por ciento) y permanecen sub
representadas en las de economía y finanzas (solo un 18 por ciento). Lo
mismo sucede en ministerios de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, lo
que limita su influencia en áreas críticas para la asignación de
recursos para la igualdad de género y empoderamiento de las mujeres.
En Colombia, según fuentes oficiales, de 64 municipios evaluados,
sólo 8 habían cumplido de manera permanente con la Ley de cuotas, que
exige un mínimo de 30 por ciento de mujeres en los cargos de decisión.
Las mujeres son marginadas de la toma de decisiones y su
participación en la vida económica, política, social y cultural de sus
países es aún escasa.
Por ejemplo, a pesar de que las mujeres conforman el 43 por ciento de
la fuerza laboral y agrícola de los países en desarrollo, continúan sin
acceso equitativo a los recursos de la tierra y al crédito.
Se estima además que si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los
recursos productivos que los hombres, podrían aumentar el rendimiento de
sus tierras en un 20 a 30 por ciento, reduciendo potencialmente el
número de personas con hambre en el mundo entre un 12 y un 17 por
ciento.
Persiste una marcada sub representación femenina en otros espacios de
poder. Según la Superintendencia Bancaria de Colombia, para 2011, las
mujeres ocupaban apenas un 14 por ciento de presidencias de bancos, y
representaban sólo el 15 por ciento de sus juntas directivas.
Además, representan tan sólo el 10 por ciento de las juntas
directivas de los sindicatos colombianos, y en la actualidad no tienen
asiento en instancias como la Bolsa de Valores o el Banco de la
República, órgano rector de la política monetaria en el país.
En la última década la diferencia salarial entre mujeres y hombres ha
disminuido de forma gradual, debido principalmente al aumento en los
niveles de educación de ellas. Sin embargo, las mujeres que trabajan el
mismo número de horas y tienen los mismos niveles de educación, ganan
menos del 75 por ciento del salario de sus pares hombres según reveló la
OIT en 2010 .
En Colombia, según el observatorio laboral del Ministerio de
Educación, las mujeres ganan 16 por ciento menos que los hombres. A
pesar de ello, según datos del Departamento Nacional de Estadística,
durante el periodo 2007-2010, las mujeres, a nivel nacional, trabajaron
cerca de 11 horas más a la semana que los hombres.
Colombia cuenta con diversos instrumentos legislativos para asegurar
la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en varios
frentes. Fue el primer país en tener una Ley de Economía del Cuidado,
sancionada en 2011, que reconoce el aporte de las mujeres a la economía
de los hogares y por tanto al desarrollo económico del país. Además,
recientemente fue aprobada la Ley 1496 de 2011, que busca la igualdad
salarial entre hombres y mujeres.
La igualdad entre hombres y mujeres para muchos aparece mas como una
amenaza que una oportunidad. Sin embargo, mas mujeres participando de la
economia, mas mujeres aportando al debate politico, mas mujeres
calificadas y con herramientas de educacacion para investigar, pensar y
crear soluciones innovadoras para los problemas de sus comunidades y del
país, redundará en beneficios para la comunidad.
Finalmente, se trata de la mitad de Colombia que tiene talento, fuerza, ideas y potencial para enriquecer al país.
Amigas y amigos,
ONU Mujeres apoya a las organizaciones nacionales y regionales de
mujeres, en el reconocimiento de sus derechos, el fortalecimiento de sus
capacidades de incidencia en las instancias de toma de decisiones, en
la construcción de agendas que incorporen sus intereses colectivos y en
la profundización de su reflexión política para impulsar propuestas que
contribuyan a la construcción de la paz, entendiendo que juegan un papel
fundamental en estos avances.
Como parte de nuestro mandato, hemos apoyado la facilitación del
diálogo entre el gobierno y las organizaciones de mujeres, como en el
caso concreto de la formulación de la Política que hoy nos ocupa.
Debemos hacer que nuestras palabras se conviertan en acciones.
Acciones para que los trabajos decentes y las remuneraciones equitativas
se traduzcan en empleos que protejan los derechos de todos los
trabajadores, incluyendo los derechos de las mujeres.
Acciones para que la violencia contra las mujeres y las niñas sea
reemplazada por nuevas actitudes que promuevan la tolerancia cero ante
esos delitos y ante la impunidad.
Acciones para que el derecho a la salud sexual y reproductiva se
apoye en información confiable, y que haya servicios de salud de
calidad, asequibles y accesibles donde se les necesite.
Acciones para que el liderazgo, que hoy es predominantemente de los
hombres, se convierta en igualdad de oportunidades y en una
participación equitativa por parte de mujeres y hombres. La diversidad
hará que la toma de decisiones sea más sólida, sostenible y eficiente.
No tenemos tiempo que perder. Ahora es el momento de pasar a la
acción. Acción para que las mujeres y los hombres tengan los mismos
derechos, oportunidades y participación.
Acciones para materializar las Leyes y las Políticas Públicas, mediante la asignación de presupuestos suficientes.
La implementación de los lineamientos de la Política Pública Nacional
de Equidad de Género para las Mujeres, es un gran reto para el
gobierno. Sus acciones para hacerlos realidad se convertirán en el salto
cualitativo de Colombia en la garantía de los derechos de las mujeres.
Lo es también el rol y trabajo de las organizaciones y movimientos de
mujeres, que todos los días, casi siempre con muchas dificultades, pero
con una energía inagotable, redoblan sus esfuerzos en busca de una vida
mejor para todas y todos.
Ahora, cuando tenemos aún fresco en la memoria el triunfo de Mariana
Pajón en los Juegos Olímpicos de Londres, quien junto con otra mujer,
María Isabel Urrutia, le han dado a Colombia sus dos únicas medallas de
oro olímpico de la historia, el llamado tiene que ser para fortalecer la
participación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida nacional:
política, económica, social, cultural y en la construcción de la paz.
La oportunidad de dar rienda suelta a su energía, creatividad y
talento. La agenda para la igualdad es una agenda para todos, es una
agenda para el desarrollo.
Todas y todos tenemos una convocatoria a la que no nos podemos negar:
sostener una Colombia en paz, con igualdad entre hombres y mujeres.
Desde ONU Mujeres reiteramos nuestro compromiso y disposición a apoyarlos en estos propósitos y en estas acciones.
Muchas gracias.
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